«No puedo eyacular»
La aneyaculación es la imposibilidad o la dificultad para producir la descarga seminal resultado del aumento progresivo de la excitación en el hombre (o en aquella persona que, sea cual sea su identidad sexual, posee testículos y pene).
Hablaríamos de aneyaculación primaria cuando el hombre nunca ha logrado eyacular, y de aneyaculación situacional cuando la dificultad para hacerlo ocurre sólo en ciertas situaciones. Por ejemplo, aparece sólo en la penetración vaginal y desparece en la auto estimulación y/o durante el sueño.
Puede suceder también que la eyaculación se produzca retrógradamente, es decir, que la descarga ocurra dentro de la vejiga y se expulse posteriormente con la orina. Pero además, existen otras situaciones como la eyaculación sin orgasmo o el orgasmo sin eyaculación.
Entre las causas físicas está la obstrucción de las vías seminales, la pérdida o disminución de la motilidad de las mismas (por diabetes, lesiones medulares, alcohol, drogas y fármacos), los problemas hormonales o las causas iatrogénicas (secuelas de operaciones de próstata, por ejemplo).
Cuando la aneyaculación es primaria, es más probable que aquello que la está motivando sea de tipo orgánico. En cualquier caso, lo primero es acudir a consulta médica.
Entre las causas emocionales o psicológicas encontramos las habituales en cualquier dificultad erótica o sexual, como el haber recibido una educación sexual restrictiva, las experiencias traumáticas o los problemas de pareja, entre otras.
En el caso específico de la aneyaculación es frecuente que haya miedo al embarazo y especialmente, exista ansiedad por el propio rendimiento sexual acompañada, en ocasiones, de personalidades obsesivas.
La ansiedad se materializa en la incapacidad para dejarse llevar y la excesiva auto observación. El hombre espera atento de forma continua un cambio en su respuesta que sirva como desencadenante para eyacular, hasta alcanzar unos niveles de ansiedad que mantienen el bloqueo eyaculatorio.
¿Cómo puedes solucionarlo?
Acude a terapia sexológica: Las y los sexólogos acompañamos el proceso terapéutico una vez descartadas las causas orgánicas, cuando la aneyaculación es situacional o bien se confirma que se dan poluciones nocturnas (el hombre eyacula durante el sueño).
Destierra ideas erróneas asociadas a las relaciones sexuales: deja de pensar que es necesario aguantar la erección para que la mujer disfrute. No te responsabilices de su placer, se trata de un disfrute compartido ¿o acaso es ella responsable de tu satisfacción? Pues tampoco sucede a la inversa.
Céntrate en tus sensaciones placenteras: el desconocimiento de las propias sensaciones corporales y la falta de atención a las mismas (por entenderlo como un acto egoísta) contribuyen al aumento de la ansiedad.
Dejad a un lado la culpa: tanto el hombre como la pareja de éste pueden sentirse culpables por no conseguir esa eyaculación. No se trata de buscar responsables sino de poner soluciones, analizando qué hay detrás del mantenimiento de esta dificultad.