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¿Cómo saber cuál es tu orientación sexual?

Cada vez hay más términos para definir las distintas orientaciones sexuales: hetero, gay, lesbiana, bisexual, asexual o pansexual; por ejemplo. Nuevas palabras necesarias para visibilizar la diversidad sexual, tras años de estigmatización, patologización e invisibilización de las sexualidades no normativas.

La sexualidad, que es la forma subjetiva y propia en que cada persona vive, percibe y siente el hecho de ser sexuado, es multidimensional. El biólogo y sexólogo Alfred Kinsey fue el primero en afirmar que la sexualidad incluye aspectos físicos, psíquicos y emocionales. Por eso, todo lo relacionado con la misma va cambiando y evolucionando a lo largo de la vida. De ahí que Kinsey considerase que la orientación del deseo no podía etiquetarse bajo categorías estancas, sino que se trataba de un continuo con dos polos opuestos, en el que una misma persona puede moverse en diferentes momentos de su vida.

La Escala Kinsey (1947) fue desarrollada como resultado de sus estudios, que mostraban que la gente no encaja en categorías exclusivas heterosexuales u homosexuales. El equipo de Kinsey entrevistó a miles de personas preguntando acerca de sus historias sexuales. La investigación mostró que el comportamiento sexual, los pensamientos y los sentimientos hacia el mismo sexo o el sexo opuesto no siempre fueron consistentes a lo largo del tiempo.

En lugar de asignar a las personas tres categorías: heterosexual, bisexual y homosexual, el equipo utilizó una escala de siete puntos: De 0 a 6, con una categoría adicional de “x”.

  1. EXCLUSIVAMENTE HETEROSEXUAL.
  2. PRINCIPALMENTE HETEROSEXUAL, CON CONTACTOS HOMOSEXUALES ESPORÁDICOS
  3. PREDOMINANTEMENTE HETEROSEXUAL, AUNQUE CON CONTACTOS HOMOSEXUALES MÁS QUE ESPORÁDICOS.
  4. BISEXUAL.
  5. PREDOMINANTEMENTE HOMOSEXUAL, AUNQUE CON CONTACTOS
  6. HETEROSEXUALES MÁS QUE ESPORÁDICOS.
  7. PRINCIPALMENTE HOMOSEXUAL, CON CONTACTOS HETEROSEXUALES ESPORÁDICOS.
  8. EXCLUSIVAMENTE HOMOSEXUAL(X) SIN REACCIONES O COMPORTAMIENTOS SEXUALES.

Con esta escala el equipo Kinsey aportó una visión novedosa de la orientación del deseo, que dejaba de etiquetarse bajo categorías estancas. De hecho, Kinsey evitó y desaprobó el uso de términos como homosexual o heterosexual para describir a las personas, afirmando que la sexualidad es propensa a cambiar con el tiempo y que el comportamiento sexual puede entenderse tanto como contacto físico como fenómenos puramente psicológicos (deseo, atracción sexual, fantasía).

Además, demostró que la homosexualidad (ya sea como orientación, comportamiento o fantasía) no era minoritaria, sino ciertamente común. Estas conclusiones no quedaron exentas de polémica y el estudio fue criticado por un comité de la Asociación Americana de Estadística, que condenó el procedimiento de muestreo. A pesar de los problemas metodológicos y técnicos, sus resultados han coincidido en gran medida con los posteriores investigaciones acerca de la conducta sexual realizados en otros países y en momentos diferentes.

En definitiva, sólo uno mismo puede conocer cuál es su orientación sexual, al igual que ocurre con la identidad. En ello no valen juicios externos pues se trata de una vivencia subjetiva, a la que no siempre acompañan las conductas. Quizá sientas que no encajas en ninguna de las clasificaciones existentes. La duda y el cambio son posibilidades tan válidas como las demás. No tienes por qué definirte, si no quieres o sientes que no puedes hacerlo.

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