X Confessions by Erika Lust

¿Debe haber límites en las fantasías eróticas?

Actualmente, las fantasías se consideran un elemento fundamental dentro de la sexualidad humana. Sin embargo, imaginar situaciones eróticas era tabú hasta hace no tanto tiempo, pues se creía que reflejaba deseos ocultos no reconocidos.

Una fantasía sexual es una creación de nuestra mente, un pensamiento que posee o se le da un significado relacionado con la erótica, quedando así en el mundo de la imaginación, en la fantasía de la amatoria.

Si bien el paradigma ha cambiado y ahora se valora positivamente tener fantasías eróticas, sigue habiendo algunos mitos en torno a éste acto:

· Se consideran necesarias.
· Deben ser siempre placenteras.
· Son adecuadas o inadecuadas, dependiendo del contenido de las mismas.

Y de ahí, las inquietudes que nos comunican las personas que atendemos en consulta: ¿Tener o no fantasías es normal? ¿Fantasear con otras personas que no sean mi pareja es infidelidad? ¿Si tengo fantasías con personas de mi mismo sexo, soy homosexual? ¿Y si no tengo fantasías, me ocurre algo?

En Borobil hablamos de sexualidades, en plural; y por eso trabajamos con el objetivo de que cada persona se conozca, se acepte y se exprese en base a su propia sexualidad.

Por eso:

Si no fantaseas, no es un problema, ya que ello responde a tu manera de ser y de vivir en tu sexualidad.

Si tienes ensoñaciones eróticas, cuando fantasees céntrate en tu vivencia, en lo que estás sintiendo, sin analizarlo. De lo que se trata es de que tu imaginación fluya sin pensar en los demás. Sé leal a ti, a lo que sientes y a lo que te hace sentir a gusto contigo mismo.

La imaginación erótica es algo que te pertenece, a lo que tienes derecho, es tu intimidad. Así que, toma todo aquello que te hace disfrutar sin juicios o culpas;  sin pensar si es «de hombres» o «de mujeres», sin cuestionarte a ti mismo en caso de que el contenido de tu imaginación sea adecuado en el mundo real. Y por supuesto, hazlo únicamente si lo deseas tú.

En definitiva, las fantasías sexuales te pertenecen a ti, a tu mundo imaginario, tú decides cuándo, cuánto, qué, cómo y con quién. Los límites de la realidad no sirven para la imaginación. Si hay algo que debe ser libre, es la fantasía, el deseo.

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