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Cómo mantener el deseo en una relación a largo plazo

Leemos lo siguiente en el libro “DESEO” de Sylvia de Béjar: “Creemos que el amor es garantía de deseo, pero no es así. Más bien sucede lo contrario. El amor necesita de la cercanía, lo estable, lo seguro, y el deseo muere por culpa de esas mismas virtudes. Amar genera familiaridad y comodidad, y todo ello redunda en tener una buena relación de pareja, pero eso es lo que suele matar la tensión sexual. En cristiano: nos pone lo que no tenemos, lo misterioso, lo inesperado, lo (hasta cierto punto) inalcanzable”.

Si esto es cierto, ¿Realmente se puede desear a quien conoces de pies a cabeza o el asunto radica en renunciar a la pasión?; ¿se puede mantener el deseo hacia quien amas profundamente?

En Borobil hemos debatido sobre este tema largo y tendido, y hemos llegado a las siguientes conclusiones:

Lo primero es no dar por sentado que nuestra pareja siempre estará ahí. Es importante dejar a un lado nuestra mentalidad de “funcionarios de la pareja” con un contrato de compromiso estable e indefinido, y empezar a pensar como “freelance del amor”, para los que el trabajo diario cuenta, y por tanto debemos seducir a nuestro “cliente” en cada momento, mostrarle nuestra mejor oferta y cautivarle para que vuelva.

Hacerle saber que te gusta pasa por decírselo de forma explícita. Pensar que ya lo sabe o creer que tus acciones hablan por sí mismas, es caer en la simplificación. Que le busques para tener un encuentro erótico o que te preocupes por preguntarle qué tal ha ido el día tampoco es suficiente. Es necesario ser más concreto, centrarte en sus puntos fuertes y decirle lo que te gusta de él o ella. Los halagos sinceros, el reconocimiento, el apoyo y la admiración hacia nuestra pareja nos acerca a ella. Nos conecta al otro y ayuda a que nos sintamos un equipo. Todo ello fomenta el deseo erótico.

Tener citas y sorprenderle. Solemos echarle la culpa a la rutina, pero está en nuestras manos romper con la misma. Si recuperamos el interés y esfuerzo que poníamos a nuestro tiempo en común al inicio de la relación, es probable que nuestras emociones se asemejen a los sentimientos de aquel tiempo. Así que, deja de pedirle a Santa Rita que obre el milagro de que “las cosas sean como al principio” y sorpréndele con una cena, una escapada o simplemente yendo a buscarle al trabajo.

Aventuraos en actividades nuevas (de tipo erótico o no). Nada nos motiva más que emprender proyectos nuevos. Y si en ello contamos con la compañía de nuestra pareja, pues mucho mejor. Aventurarnos a realizar nuevas prácticas eróticas (o bien cambiar el orden de las mismas, el lugar donde se realizan, etc.) nos ayuda a activar el deseo. Al igual que cuando ya has visto la misma película mil veces, pierde un poco de gracia porque sabes cómo empieza, y sobre todo, cómo acaba; introducir cambios en nuestro “guión erótico” aumenta nuestro interés, y por tanto, nuestras ganas.

Mantener espacios individuales. Estar en pareja no significa que tengamos que compartir todo lo que nos ocurre. De hecho, mantener momentos para uno mismo o una misma, buscar nuestra propia realización, o llevar a cabo alguna actividad lúdica o de ocio sin la compañía de la pareja; ayuda a nuestra relación. No sólo por lo positivo de mantener nuestra propia vida social y no renunciar a aquello que nos gusta, sino porque favorece el misterio, y sabemos que éste alimenta la atracción.

Y llegados a este punto puede que pienses que lo que te hemos contado hasta ahora ya lo sabías tú sin leer el post, y estamos de acuerdo contigo: lo sabemos, pero no lo hacemos. Así que, nuestra última idea es que cojas la agenda y planifiques qué es lo que vas a poner en marcha para llamar a la pasión en tu relación. Debemos comprometernos con nosotros mismos en esta tarea, y dejarlo por escrito ayuda definitivamente en ello.

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