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“Mi pareja se pasa el día mirando el móvil”

Los estudios confirman un incremento exponencial en el uso de smartphones durante la cuarentena. Según el estudio ‘Impacto del coronavirus en el uso del móvil’ realizado por Smartme Analytics, este incremento ascendió hasta un 38,3%. Y aunque buena parte de ese tiempo ha sido dedicado al teletrabajo o el estudio, si nos centramos en las app más utilizadas, vemos un aumento del 61% más de uso en WhatsApp, así com Instagram (22,7%), Facebook (36,5%) y Twitter (56,1%).

La tecnología es una herramienta que nos aporta multitud de recursos útiles. Sin embargo, cuando una persona ignora a otra y se abstrae del entorno que le rodea al estar más pendiente de su teléfono móvil (o de otros dispositivos digitales) que de sus acompañantes, estamos hablando de Phubbing.

Seguramente lo hayas protagonizado o padecido. El ningufoneo ocurre en situaciones cotidianas. Por ejemplo, cuando estamos cenando juntos pero tenemos el teléfono móvil en la mesa y lo miramos constantemente; cuando estamos haciendo un plan al aire libre y en lugar de disfrutar de la compañía estamos pendientes del feed; o bien cuando estamos viendo una serie y sin embargo cada uno está mirando la pantalla de su propio dispositivo digital.

Quienes están ‘enganchados’ al móvil, se aíslan del entorno dando prioridad a la pantalla de smartphone o tableta. Este uso abusivo no solo genera desatención hacia el entorno más próximo, sino que las personas que rodean a quien realiza phubbing se sienten igualmente aisladas.

¿Cómo gestionar este situación en pareja?

La buena comunicación es clave para que una relación funcione. Ya seas quien ignora o quien se siente ignorado, el aislamiento impedirá que mantengáis la conexión emocional, la complicidad, el apoyo mutuo y la cercanía epidérmica. En Borobil,  a través de una comunicación asertiva, acompañamos a la pareja para que modifique o construya un nuevo contrato, donde ambas partes se sientan conformes en cuanto a sus derechos y compromisos, también en el uso del móvil y de las redes sociales.

Si uno de los dos (o ambos) siente una gran ansiedad por mirar el móvil, y tiene pensamientos recurrentes que le llevan a consultarlo constantemente o le impiden apagarlo y dejarlo en otra habitación; puede ser necesario un trabajo específico para poder encauzar la situación.

Y todo ello, teniendo en cuenta que desde que usamos de forma cotidiana redes como Facebook, Instagram o Whatsapp, la dimensión de cuestiones como los celos, el flirteo, la seducción, lo privado y lo público, han tomado una dimensión mayor. En general , las usamos como si hubiera diferentes reglas para la vida digital y la analógica. Y no es así. Ambas son reales, y debemos comportarnos en los dos ámbitos de forma coherente. Esto se traduce en ser leal al contrato que mantengo con mi pareja. ¿Puedo «cibertontear» con otras personas? ¿Debe conocer mi pareja cuál es mi código de seguridad del móvil? ¿Puedo publicar fotos de ambos en mis redes sociales?

Lo cierto es que las redes sociales pueden beneficiar a nuestra relación. Por ejemplo, salvando diferencias horarias o separaciones físicas (viajes, trabajo, etc.), ya que la distancia no obstaculiza la posibilidad de establecer un vínculo en Internet, a diferencia de lo que ocurre en la vida analógica. Algo que nos ayuda a construir y mantener un alto grado de intimidad. 

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